sábado, 26 de enero de 2013

Combatiendo el dolor con frío



El frío se ha utilizado desde tiempos remotos para la terapia del dolor sin conocer exactamente sus efectos fisiológicos. A este respecto se pueden distinguir principalmente dos mecanismos: el efecto sobre la circulación local y sobre el sistema nervioso.

Efectos sobre la circulación sanguínea local

El frío provoca una rápida vasoconstricción de la piel. Evita que la sangre caliente entre en la piel. El hielo puede reducir la temperatura de la piel en 23 minutos aproximadamente hasta los 15°C. En los músculos, el enfriamiento es mas lento y débil; durante una terapia con hielo de 20 minutos de duración, la temperatura muscular desciende unos 5°C si la profundidad del efecto es de unos 2,5 cms.

En las lesiones tisulares recientes se intenta evitar la hemorragia de los vasos dañados con una aplicación de hielo, previniendo hinchazones y los dolores consecuencia de ello. La dilatación refleja de los vasos, por su parte, facilita la eliminación de sustancias que provocan dolor (prostaglandinas), que han sido liberadas a causa de la lesión.

Efectos sobre el sistema nervioso central

De acuerdo con las concepciones validas hasta la actualidad, el efecto neurológico del frío  se basa en el hecho de que combate los dolores y espasmos (calambres) disminuyendo la velocidad de rendimiento en los axones de dolor y en los axones motores (resultados de experimentos in vitro).

El frío es un estimulo sensorial extraordinariamente potente. En ocasiones actúa como impulso del dolor y provoca la liberación de endorfinas en el cerebro.

De forma similar a lo que ocurre en el tratamiento con calor, el tratamiento con frío genera estímulos que compiten con los impulsos de dolor, ya que también pueden bloquear la sensación de dolor. Algunos autores opinan que el frío aumenta el umbral del dolor influyendo sobre la función de los receptores del dolor.

Efectos fisiológicos del frío

  1. Disminución de las contracciones musculares y la espasticidad.
  2. Disminución de la inflamación y las hemorragias.
  3. Competencia con los estímulos del dolor y aumento del umbral del dolor.
  4. Disminución de la actividad destructiva de las enzimas en casos de inflamación articular.



Bibliografía

Kinesiología y anatomía aplicada a la actividad física. 2da ed. Badalona, España, Editorial paidotribo

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