martes, 29 de enero de 2013

El agua en la terapia contra el dolor

La terapia acuática, que desde hace algún tiempo es considerada una nueva alternativa de tratamiento y rehabilitación, está dirigida a tratar distintas patologías, como las traumatológicas (esguinces, fracturas, desgarros, etc.), neurológicas y geriátricas (artrosis, arteriosclerosis, párkinson, etc.)

Hay cuatro puntos que son claros en la terapia acuática:

  1. El empuje hidrostático

Es una fuerza que se opone a la fuerza de gravedad y cuya dimensión dependerá de la profundidad a la que la persona se haya sumergido. Si el agua llega hasta la cintura, el peso corporal se habrá reducido en un 50% a causa del empuje hidrostático. Si el agua cubre hasta los hombros, se habrá reducido en un 90%.



El empuje hidrostático puede aliviar el dolor ya que gracias a él se dispone de toda la amplitud de movimiento. Los movimientos articulares, por su parte, estimulan el aporte de nutrientes y oxigeno a los cartílagos articulares. La superficie del cartílago, que funciona de forma similar a una esponja, puede absorber liquido gracias al movimiento. También la viscosidad del liquido articular se reabsorbe con mayor facilidad por el movimiento.

      2.  La presión hidrostática

La presión hidrostática del agua se reparte uniformemente sobre toda la superficie corporal, por lo cual la diferencia de presión entre el cuerpo y el exterior disminuye. Cuando se está de pie en el agua, la presión hidrostática facilita el flujo del liquido linfático y la sangre venosa. El volumen del liquido de los edemas disminuye en los tejidos, los dolores causados por la hinchazón desaparecen.

Si el agua llega al cuello de la persona, la presión hidrostática disminuye la capacidad vital en un 10% aproximadamente, el volumen de reserva espiratorio disminuye en un litro (el valor normal es de 2,5 litros). Por lo tanto, la espiración se hace más fácil.
     
       3.  La turbulencia

En el caso de la turbulencia se trata de un movimiento en remolino e irregular. La turbulencia producida por un chorro de agua sumergido ejerce presión sobre aquellas regiones sobre las que está dirigido y alivia el dolor. Se puede decir que actúa de forma similar a un masaje suave.

El mecanismo de su eficacia seguramente se basa en el hecho de que los tejidos "tirantes" son presionados y estirados. Se produce una circulación de líquido en el tejido y la estimulación de los mecanorreceptores de la piel. Al mismo tiempo, se generan impulsos de presión que compiten con los impulsos de dolor y "cierran" la puerta del dolor en la medula espinal.

       4.  Temperatura del agua

Si la temperatura del agua es de unos 35°, subirá la temperatura general del cuerpo. A causa de los efectos fisiológicos del calor, las contracciones musculares desaparecen y la circulación sanguínea se estimula. El circulo vicioso del dolor se interrumpe cuando los productos de la inflamación son retirados de la región afectada y las articulaciones se hacen mas móviles. El aumento de la movilidad se basa en una mayor elasticidad de las moléculas de colágeno en los tendones y los ligamentos.

El calor compite con los impulsos de dolor, de forma que la puerta del dolor de la medula espinal permanece "cerrada".

El efecto relajante del calor seguramente es debido a la liberación de endorfinas en el cerebro. Ello también explica por qué la relajación permanece 2 horas después de haber llevado a cabo una hidroterapia.



Bibliografía

Kinesiología y anatomía aplicada a la actividad física. 2da ed. 2011. Badalona. España. Editorial Paidotribo.
   


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